En toda vida hay una historia con personaje principal, una malvada bruja y papeles secundarios que ayudan al personaje principal a crear una trama contra la persona malvada. El final nunca se puede escribir en este caso, aunque más o menos tarde el tiempo pone a todos en una parte del mundo en el que deben estar. Una trama, una historia patética en el que el malo acaba cayendo por su propio peso. Historias para no dormir, en el que el malo siempre sueña. Personajes secundarios que presentan un gran apoyo al protagonista. Casi son los principales, por lo menos para la estrella de la historia lo serán siempre. Rincones llenos de basura en el que la malvada bruja se encuentra en el medio. ¿Quién quiere bailar con ella si todos los que se acercan a ella acaban dañados? Buscar siempre la felicidad del personaje principal, aunque esta no esté presente en todos los capítulos. Un teatro lleno de butacas en el que el público disfruta de la obra. El decorado es lo mejor, un día cualquiera en la vida de nadie. Paisajes recorridos y escenarios pisados. ¿Otra vez el mismo escenario con los mismos personajes? La historia se repite. Lágrimas y malas uvas. Personajes dañados en sí mismos que buscan la desesperación del protagonista, hasta que ve que todo lo que hace en alguna ocasión se le vuelve en su contra. Correr en un coche con los frenos y las ruedas pinchadas. El personaje secundario quiere el papel protagonista. ¿Cómo acabará la historia?
lunes, 4 de agosto de 2008
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