domingo, 31 de agosto de 2008

BIENVENIDAS ALMOHADILLAS


Luchando con el ganador de las peleas.
Ayudarse de una mano para subir al ring donde no ganas nada y lo pierdes todo.
Situaciones con un guante de boxeo.

Dos palmadas en la cara y la furia se desata.
La inseguridad y el sudor siempre estarán en nuestra cabeza.
Miradas felinas entre contrincantes y un saludo poco amigable.
Defensores de ambas partes con unas ganas terribles de que cada uno gane.
Un punto para el mejor contrincante y dos ojos heridos para el perdedor.
El que mejor luche por su trofeo se le llevará.
Cansancio en el cuadro de pelea, poco tiempo libre y un árbrito con los cables cruzados.
Corazones impacientes por saber el resultado cuando está más que claro.
Si a esto se le suma una distancia el resultado se regirá a través de la concentración y la atención.
Manos dañadas llenas de sudor y ojos llenos de lágrimas.
El público pide más acción, pero el juego se ha acabado.
¿Quién habrá ganado? ¿Quién dijo que en el último momento todo puede cambiar?
Un segundo y todo habrá cambiado. Otras intenciones paralelas a las que esperamos…
La final será como realmente se espera o guardará algún contrincante más…

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