Una fiesta de máscaras.
Caras con toda clase de personajes. Cuerpos que los hacen dar una vida real.
Caras que esconden las expresiones de la cara, pero que curiosamente no pueden esconder las facciones del corazón.
Ese corazón que aunque se intente enmascarar siempre saca su cara menos conocida cuando la situación realmente lo merece.
Salir a la terraza y ver que las estrellas muestran su cara más resultona. Esa cara que hace que siempre miremos al cielo con expresión de nostalgia y melancolía.
¿Qué esperamos encontrar detrás de toda aquella lluvia de estrellas cuando lo realmente importante está justo debajo de ellas?
¿Cómo poder comprender lo que pasa por nuestra vida cuando ni nosotros mismos sabemos que es lo que realmente se cruza bajo nuestros pies?
Creando palabras geniales para momentos fatales y no poder pasar de largo en todas las temporadas de nuestro capítulo.
Un solo capítulo en el que cada minuto se convierte en dos segundos. Caras misteriosas, caras cubiertas por una mascara que hace de su personaje una simple fachada. Y vuelta otra vez a empezar. Retomar capítulos pasados y no poder darle a la tecla de avance del mando.
Un beso, una caricia y la máscara acaba siendo parte de las piedras del suelo.
Una canción, un pañuelo, y la despedida será rematadamente trágica.
No hay tiempo para despedidas, todo sucede inesperadamente, pero ¿hasta que punto podemos dejar pasar a todo aquello que queremos y no darnos cuenta hasta que no hay vuelta atrás?
¿Porqué no darnos cuenta antes de lo que tenemos sin necesidad de que el final sea una cruda batalla contra nuestra melancolía?
Caras con toda clase de personajes. Cuerpos que los hacen dar una vida real.
Caras que esconden las expresiones de la cara, pero que curiosamente no pueden esconder las facciones del corazón.
Ese corazón que aunque se intente enmascarar siempre saca su cara menos conocida cuando la situación realmente lo merece.
Salir a la terraza y ver que las estrellas muestran su cara más resultona. Esa cara que hace que siempre miremos al cielo con expresión de nostalgia y melancolía.
¿Qué esperamos encontrar detrás de toda aquella lluvia de estrellas cuando lo realmente importante está justo debajo de ellas?
¿Cómo poder comprender lo que pasa por nuestra vida cuando ni nosotros mismos sabemos que es lo que realmente se cruza bajo nuestros pies?
Creando palabras geniales para momentos fatales y no poder pasar de largo en todas las temporadas de nuestro capítulo.
Un solo capítulo en el que cada minuto se convierte en dos segundos. Caras misteriosas, caras cubiertas por una mascara que hace de su personaje una simple fachada. Y vuelta otra vez a empezar. Retomar capítulos pasados y no poder darle a la tecla de avance del mando.
Un beso, una caricia y la máscara acaba siendo parte de las piedras del suelo.
Una canción, un pañuelo, y la despedida será rematadamente trágica.
No hay tiempo para despedidas, todo sucede inesperadamente, pero ¿hasta que punto podemos dejar pasar a todo aquello que queremos y no darnos cuenta hasta que no hay vuelta atrás?
¿Porqué no darnos cuenta antes de lo que tenemos sin necesidad de que el final sea una cruda batalla contra nuestra melancolía?
2 comentarios:
Hola!
No hay que pensar no pasado ní no futuro. Es una pierda del tiempo.
Pensar sólo no ahora. Pasado está pasado y la mañana puede no voelver más.
Abrazos.
Hola David:
Gracias por tu comentario y por pasearte por mi blog. Es gratificante saber que hay gente desde diferentes lugares que lee todas las historias que cuento a traves de aquí. Muchas gracias también por tu consejo. Saludos.
Publicar un comentario